miércoles, 24 de mayo de 2006

El récord masculino de Florence Griffith

Desde el año 1988 y hasta los 9,77, conseguidos por Justin Gatlin hace diez días, el récord mundial de los 100 metros lisos masculinos se ha batido o igualado en 8 ocasiones, sin contar los dos récords anulados por doping. Sin embargo, el récord de los 100 metros femeninos, que batió ese mismo año la ya fallecida Florence Griffith, permanece intocable desde entonces y no hay visos de que nadie vaya a batirlo en un futuro inmediato.

Nos remontamos a Julio de 1988, a dos meses vista de los Juegos Olímpicos de Seúl. Lugar: Indianápolis. Pruebas de selección olímpicas estadounidenses, popularmente conocidas como “trials”. En los cuartos de final de los 100 metros, Griffith cerró el cronómetro en un tiempo de 10 segundos y 49 centésimas, un registro que superaba todas las expectativas en una atleta del sexo femenino.

En ese mismo momento, yo estaba trabajando en la antigua redacción de la calle Tallers de “El Mundo Deportivo”. Era tarde, pasadas las once de la noche. Como responsable de la sección de atletismo del periódico, permanecía a la espera de los resultados de los “trials”. La sección de Última Hora me reservaba un pequeño espacio para dar la información sobre la competición.

Cuando el teletipo de Reuters escupió el primer flash de la noticia estuve convencida que se trataba de un error tipográfico. Pero instantes después AP (Associated Press), France Presse y después la agencia EFE, ya en español, ratificaban la increíble cifra: 10”49.

No daba crédito. Me volví loca. Nunca un récord del mundo me había provocado un shock tan grande. Supongo que algo tiene que ver el hecho de ser yo también una especialista de los 100 metros lisos.

“Necesito toda la página”, le dije a Xavier Díaz Serrat, responsable ese día de “cerrar” el periódico. “Lo que ha hecho esta tía es una monstruosidad. Hay que dar la primicia en prensa escrita”. Y lo hicimos. Fuimos los únicos en España que publicamos la proeza a la mañana siguiente.

Titulé a toda página: “Griffith corrió como un hombre: 10.49”

Y no era para menos: con esa marca, todavía hoy Florence Griffith sería finalista de los 100 metros masculinos en los Campeonatos de España absolutos y sería seleccionada como componente del equipo español de hombres para el relevo 4 x 100. Ya entonces di esta información.

Y es verdad, corrió como un hombre. Lo que entonces no podía decir ni escribir era lo que mucha gente ha sospechado desde esa tremenda gesta: que Griffith logró este registro (además del récord de los 200 metros con 21”34, y otras gestas) gracias a la ayuda de sustancias dopantes anabolizantes, entre ellas la Hormona del Crecimiento. Sustancias, en definitiva, masculinizantes. No hay más que ver su musculatura sin un gramo de grasa. Sólo piel y un músculo fibroso y superpotente. De hombre.

Los efectos de estas sustancias en el sexo femenino son mucho más evidentes y permiten unas mejoras mucho más espectaculares que en el hombre, quien por naturaleza ya tiene una actividad anabólica más acentuada.

Nunca pillaron a ‘Fast Flo’ en un control antidoping, cierto, y no hay ninguna prueba de que se dopara. A Ben Johnson sí le pillaron en Seúl, pero a ella no. Todavía hoy en día la Hormona del Crecimiento puede pasar inadvertida en un control antidoping. Sin embargo, 18 años después nadie se ha acercado, ni siquiera ha puesto en peligro, esta plusmarca.

Marion Jones es la única que tras lograr una marca de 10”65 en 1998 parecía tener posibilidades de amenazarla. No obstante, las marcas de Jones también han quedado en el olvido tras el escándalo de Balco por un anabolizante de diseño y el intento fallido de que otra chica volviera a correr como un hombre.