sábado, 23 de junio de 2012

El fenómeno Merlene Ottey


La velocista de origen jamaicano Merlene Ottey acudirá de nuevo con 52 años a unos Campeonatos de Europa de atletismo. Lo hará en Helsinki formando parte del cuarteo 4 x100 de Eslovenia. Entrará en acción el sábado 30 de junio a las 13.05 del mediodía (las 12.05 hora española), hora en que está programada la primera ronda del relevo corto femenino.

Lo asombroso de Merlene Ottey no es que con más de cincuenta años siga compitiendo en pruebas de velocidad.  En el mundo hay muchas mujeres que lo hacen. Lo verdaderamente asombroso es la velocidad en la que corre en comparación con otras velocistas de su misma edad. Ottey ostenta el record mundo * de W-50 (mujeres entre 50 y 54 años) con 11.67 y la segunda mejor marca de todos los tiempos la ostenta la norteamericana Phil Raschker con 12.50, casi un segundo más.

No es un fenómeno de longevidad, que también (pero como digo en el mundo son muchas las mujeres que corren 100 metros a esa edad y más mayores) sino que es un fenómeno de talento y calidad. Dicho en lenguaje de la calle: es excepcionalmente buena.

Y digo que no es un fenómeno de longevidad, porque con el paso de los años ella también pierde velocidad. Pero, claro, cuando era más joven sus marcas eran tan sumamente excepcionales que ahora pese haber perdido poco más de un segundo respecto a 1996 - año en que con 36 años realizó su mejor marca- sigue corriendo rapidísimo y todavía con unos cronos que le permiten asistir a un Campeonato de Europa, aunque sea en los relevos.

Su mejor marca personal es 10.74 (Milán, 1996). En 2010, con 50 años, realizó un crono de 11.67; el año pasado, logró 11.77 y este año de momento lleva acreditada una mejor marca de 11.82. Brutal, pero aproximadamente un segundo mas.

Sin embargo, lo que para el resto de velocistas veteranas supone una pérdida que te imposibilita codearte con la élite absoluta, para Merlene Ottey, no. Ella puede seguir en la élite de su país actual.

Para que se entienda mejor el fenómeno, voy a explicar mi caso. Soy también velocista, de 54 años (septiembre, 1957), y como Ottey sigo entrenado y compitiendo. Con ello, no pretendo ni mucho menos compararme con ella (¡Dios me libre!), porque como podréis ver la comparación es realmente odiosa en todos los aspectos y estaría mejor calladita.

Mi mejor marca personal en los 100 metros lisos es 11.81 (1980). Empezamos mal. O sea que yo con 25 años y estando en mi época de esplendor, Ottey con 52 años me ganaría ¡Seguimos para bingo!

Tras dejar el atletismo durante una década, regresé a la competición con 40 años y logré unos cronos de 12.65 (43 años) y 12.88 (49 años), o sea un segundo más de mi mejor marca personal. Desde este punto de vista, es decir en cuanto a pérdida de velocidad, estoy casi a la par de Ottey (quien no se consuela es porque no quiere) pero estas marcas a mi ya no me permitieron pelear con la élite española ni soñar en ir a una cita continental.

Este año la mejor marca española la ostenta Belén Recio con 11.84 y de tener la nacionalidad español, Ottey sería la líder del cuarteto 4 x100 que acude a Helsinki.

SUS RECORDS DEL MUNDO

En categoría veteranas, Merlene Ottey ostenta todos los records del mundo desde W35 a W50. Son estos:
W35 (35 a 39 años): 10.77
2ª mejor marca ‘All time’: 10.96, Eldece Clarke-Lewis (BAH)
W40 (40 a 44 años): 10.99
2ª mejor marca ‘All time’: 11.18, Irina Khabarova (RUS)
W40 (45 a 49 años): 11.34
2ª mejor marca ‘All time’: 12.10, Renee Henderson (USA)
W50 (50 a 54 años): 11.67
2ª mejor marca ‘All time’: 12.50, Phil Raschker (USA)


lunes, 18 de junio de 2012

La Eurocopa te puede engordar 1,5 kilos


Seguir la Eurocopa y por supuesto La Roja, ya sea en casa por televisión o en un bar con los amigos, comiendo y bebiendo lo que marca la costumbre, puede engordar entre 1 y 1,5 kilos, tirando a la baja. Y ahora que estamos en verano, en plena Operación Bikini, es algo a tener en cuenta.

Cuando existe una acumulación de partidos de fútbol, las consecuencias para la silueta pueden llegar a ser incluso más nefastas que las provocadas durante las fiestas navideñas. ¡Ojo al dato!

Por suerte, cuando estoy escribiendo este post, ya solo quedan once sesiones (no partidos) de Eurocopa y las posibilidades de ganar peso se han limitado, pero no está de más tenerlo presente.

Aunque la fase clasificatoria ya haya supuesto para muchos haber aumentado algún centímetro su perímetro de cintura, todavía estamos a tiempo de remediarlo.

Los cálculos son sencillos, claros y bastante rotundos.

Para engordar 1 kilo de grasa hay que comer un exceso de 7.000 Kcal (calorías). Parecen muchas, pero no es tan difícil sumar e incluso sobrepasar esta cifra a lo largo de varios días. Y se trata de una cuenta benévola, sin duda muy a la baja.

En una encuesta (por supuesto sin ningún valor estadístico) que realice a 15 padres de chicas futbolistas sobre sus hábitos alimentarios durante un partido de fútbol, nueve de ellos respondieron que tomaban en cada partido entre 2 y 4 cervezas; cuatro sólo tomaban una y los otros dos preferían tomar un par de combinados con alcohol. Todos, sin excepción, acompañaban la bebida con aperitivos varios, siendo las patatas chips, las aceitunas y el jamón, los más preferidos. Y de los quince, ocho de ellos además de la bebida con aperitivo, completaban el ágape con alimentos más rotundos.

 El ritual para ver un partido es bastante unánime:

1.- Acomodarse lo mejor posible ante el televisor o en la mesa del bar.
2.- Abrir/pedir una cervecita, dos, tres o más. O un refresco, dos o tres...
3.- Tomar algo para picar: patatas chips, queso, aceitunas, croquetas, calamares…
4.- Si corresponde con la hora de la cena: tortilla de patatas, pizza, jamón, chorizo, bocatas, comida preparada...
5. – Beber una copa o dos.
y 6.- Y si gana tu equipo conviene celebrarlo con algunas copas de más; y si pierde, quizás también suele ser una excusa para beber algo más (hay que olvidar el disgusto…).

Os resumo los números: Una caña de cerveza de más supone un extra de 90 Kcal; una Coca-Cola equivale a 140 Kcal; una copa de whisky, es un exceso que suma 240 Kcal; unos trocitos de queso, alrededor de 300 Kcal; unos frutos secos, entre 500 y 700 Kcal; 100 gramos de pan, 243 Kcal; 1/4 de pizza, unas 350 Kcal; una ración de calamares a la romana, 300 Kcal; 4 croquetas, 150 Kcal; y así podemos seguir sumando.

Si echamos la cuenta de lo que se come durante un partido de fútbol puede suponer fácilmente un exceso de entre 700 y 1.000 Kcal al día en relación a un día normal (sin partido). Si lo multiplicamos por 11, que es el número de sesiones que quedan desde que escribo este post hasta el 1 de julio, día que se celebra en Kiev la final de la Eurocopa (calculo a razón de 1 partido/sesión), nos sale un extra de entre 7.700 Kcal y 11.000 Kcal en lo que resta de torneo, lo que significa que habríamos engordado entre 1,1 y 1,5 kilos.

Consejo: disfrutad de los partidos, pero si queréis conservar la silueta y vais a tomar 4 cervezas, tomad solo dos y así con todo. Seguir las pautas de la dieta CLM (Comer La Mitad) que dice Karlos Arguiñano. Y procurad evitar los fritos (chips, calamares, croquetas.), los embutidos con mucha grasa (chorizo, bacon, mortadela…) y optad por aperitivos como los berberechos, mejillones (son menos calóricos)… y refrescos 0 calorías.


miércoles, 13 de junio de 2012

Soy menopáusica y ¿qué?


Sí, soy menopáusica ¿y qué? ¿Qué pasa? Sólo ocurre que ya no tengo la regla y no puedo tener más hijos, pero pasar no pasa nada más. Mi vida, como diría Julio Iglesias, sigue igual y yo añadiría que incluso mejor.

Adiós a las compresas, los tampax, la píldora y la marcha atrás… y hola a la liberación sexual. Los hijos ya son mayores, hacen su vida -como debe ser- lo que significa menos ataduras y más tiempo para una misma.

Con eso no pretendo afirmar que con la llegada de la menopausia todo sean ventajas, ni mucho menos. Si hemos llegado hasta esta etapa es porque ya tenemos unos años y los signos/consecuencias del envejecimiento cada vez son más patentes. Pero no olvidemos que ellos también envejecen. Exactamente igual o peor que nosotras las mujeres (preguntad a las viudas) y mientras podamos cumplir años con salud no es de recibo quejarse.

Vivimos en una sociedad que todavía afronta la menopausia como un tema tabú. A nosotras mismas nos cuesta afirmar abiertamente que somos menopáusicas. Existe cierto temor a ser consideradas inútiles, poco atractivas e invisibles para el sexo masculino. No en vano, el término “menopáusica” se usa constantemente de forma despectiva, pero lo cierto es que seguimos siendo mujeres en todos los sentidos y totalmente aptas para cualquier actividad de la vida.

Y antes de entrar en la materia de la que quiero hablar, dejo una lista de menopáusicas ilustres, o mejor dicho postmenopausicas, que causan admiración: Madonna, Kim Basinger, Sharon Stone, Michelle Pfeiffer, Merlene Ottey, o las más cercanas Julia Otero, Isabel Pantoja, María Escario, Olga Viza, Ana Rosa Quintana, Luz Casal y un larguísimo etcétera. Todas ellas son menopáusicas y ¿qué?

Riesgos y cómo evitarlos

Como he dicho, no hay que negar que la llegada de la menopausia vaya unida a ciertas contrariedades.

Los ovarios de la mujer dejan de producir óvulos, lo que implica una bajada de estrógenos. Este cambio hormonal desencadena una serie de síntomas, algunos de los cuales resultan verdaderamente incómodos.

Los sofocos por ejemplo -que padecen 7 de cada 10 mujeres postmenopáusicas- te dejan, de repente, acaloradísima y sudorosa sin poder hacer nada para evitarlo. Sin embargo, no son graves.

Por el contrario, sí revierte gravedad la mayor predisposición a padecer un accidente cardiovascular y/o cerebrovascular y también la mayor facilidad a perder masa ósea, lo que incrementa notablemente el riesgo de sufrir osteoporosis. Es decir, que los huesos se vuelvan más frágiles, incrementándose las posibilidades de fractura de algún hueso. Se estima que las mujeres tienen 3 veces más fracturas que los hombres.

El principal motivo de este post es concienciar a todas las mujeres mayores de 40 años que, pese a cumplir años, deben procurar velar por su salud porque lo importante no es cumplir años sino en qué estado de salud se cumplen.

Es de sobra conocido y contrastado científicamente que la práctica del ejercicio físico contribuye notablemente a mitigar dichos riesgos.
 
He ahí la importancia de realizar ejercicio diariamente y, si no es todos los días, debería procurar realizarse un mínimo de 4 veces a la semana.

Fortalecer cuerpo y corazón

El ejercicio a realizar debe ser de 2 tipos: de fortalecimiento general y cardiovascular.

Los ejercicios de fortalecimiento muscular y articular son los que permiten mantener una buena densidad ósea.

Como embajadora del Método Densia para fomentar la práctica de ejercicio físico con el fin de prevenir la osteoporosis, os puedo ofrecer una serie de videos en los que enseño a realizar unos ejercicios, especialmente diseñados para mantener la densidad ósea y apta para mujeres en edad madura.

Estos ejercicios deben complementarse con un trabajo de tipo cardiovascular que contribuye a mejorar la salud de las arterias y, con ello, a prevenir accidentes coronarios.

Si no se ha practicado nunca deporte, mi consejo es evitar correr y optar por actividades de menor impacto para las articulaciones, como son andar a ritmo ligero, bicicleta estática o elíptica, spinning en el gimnasio…

Lo ideal es hacerlo al aire libre para beneficiarse de los rayos solares que permiten la formación de Vitamina D, necesaria para la fijación del calcio en los huesos.

La dieta, un factor clave

Los beneficios del ejercicio se verán incrementados si, además, se sigue una dieta rica en calcio y, al mismo tiempo, baja en grasas saturadas y azúcares refinados.

Cada ágape debe incluir verduras y hortalizas y es recomendable comerlas crudas una vez al día, por ejemplo: a modo de ensalada o crudités. Conviene también comer fruta, pero en su justa medida debido a su alto contenido en azúcares. Dos piezas al día es lo recomendable y siempre es mejor tomar la fruta entera que en zumo.

Para lograr un buen aporte de calcio hay que consumir: lácteos (preferiblemente desnatados), frutos secos (almendras, avellanas), berros, algas, sésamo, frutas (cítricos) y legumbres (soja). El pescado pequeño ingerido entero -con espina- también supone una buena fuente de calcio. Si existe una intolerancia a la lactosa o alergia a la proteína de la leche, el mejor sustituto son los derivados de la soja.

Si hacemos todo esto, a buen seguro sobrellevaremos mucho mejor la menopausia.