lunes, 31 de octubre de 2005

Una asignatura de Nutrición para frenar la obesidad

El Ministerio de Sanidad y Consumo ha lanzado una campaña para poner freno a la obesidad que prevalece en este país y que es especialmente alarmante entre los más jóvenes. España es el segundo país de la Unión Europea, tras el Reino Unido, con mayor número de niños obesos (16 %). Dramático. Por tanto, bienvenida la campaña.

Francisco Javier Tebar, vicepresidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, sostiene que la prevención de la obesidad pasa por inculcar unos buenos hábitos alimenticios a los niños “a partir de los 3 años, no más tarde” y mantener esta educación por lo menos 10 años más. Si se actuara de forma correcta, en un par de generaciones se podría cambiar la tendencia actual en el desarrollo de la enfermedad. He oído también en varias ocasiones a Ferran Adrià proclamar lo importante que sería enseñar desde la escuela a los niños a cocinar para que aprendiesen a comer bien.

Si nos lo dicen los expertos, por qué no implantar desde Primaria una asignatura de Nutrición y Salud Personal. Podría ser una buena “vacuna” para poner freno a esta terrible epidemia, que debería preocuparnos mucho más que la de la gripe aviar, todavía una entelequia.

En definitiva, una asignatura que enseñe a los niños a comer bien y de forma equilibrada y también, ¿por qué no?, a cuidar su cuerpo para mantenerlo lo más saludable posible a lo largo de toda su vida.

Desde esta asignatura se podrían además abordar problemas que acechan a nuestra juventud, perjudicando su salud y con riesgo de hipotecarla para el resto de sus vidas: tabaco, alcohol, consumo de drogas, estrés, la importancia del sueño, práctica del sexo seguro, prevención del SIDA, los beneficios del ejercicio físico y un largo etcétera.

Nuestro cuerpo es nuestro compañero de viaje a lo largo de toda la vida. Aprender a cuidarlo desde la infancia, es la mejor forma de mantenerlo siempre en forma.

En los tiempos actuales, en los que la esperanza de vida se va prolongando, cuidarse adquiere todavía más importancia. Lo importante no es llegar a cumplir muchos años, sino en qué condiciones se cumplen.

En contra de los deberes escolares

Estoy en contra de los deberes. Tengo una niña de 10 años y un chico de 20 (lógicamente con éste ya pasó el problema) y llevo más de una década queriendo escribir esta carta para saber si hay más padres que opinan como yo o, por el contrario, soy un bicho raro.

Soy consciente de que los niños deben aprender a trabajar y a estudiar por su cuenta, pero creo que esta labor debería realizarse dentro del horario escolar y no al finalizar la jornada. Por lo menos hasta una cierta edad.

Los niños, por lo menos en las grandes ciudades, llegan tarde a casa. En muchas ocasiones, pasadas las 6 y pueden hacerse las siete o las ocho si se quedan a actividades. En cuanto terminan los deberes ya no queda más remedio que ponerse a “golpe de pito” para que se bañen (con la sequía, mejor una ducha rápida), cenen y, lo más difícil, que se acuesten. No tienen tiempo de jugar ni de hacer nada más .

Mi hija no para en todo el día. Desde que se levanta a las 8 menos cuarto hasta que cena a las ocho y media no dispone ni de un minuto para hacer lo que le plazca. Y creo que eso no es justo.

Los niños deberían finalizar su jornada escolar al salir del “cole” y no tener que seguir trabajando al llegar a casa. Si eso es así en la mayoría de jornadas laborales y lo hacen muchos padres ¿por qué no pueden hacer lo mismo los niños pequeños?

Lo expongo aquí porque a veces cuando he planteado esta idea con otros padres me ha parecido que no era acogida con simpatía. Pero me niego a pensar que sea la única que estoy en contra de los deberes tras una jornada tan intensa.

viernes, 28 de octubre de 2005

Obesos en buena forma

Un obeso entrenado tiene menor riesgo de padecer un accidente cardiovascular que una persona con peso normal no entrenada

Es una de las conclusiones de las investigaciones realizadas por el servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona y que expuso el doctor Antonio Pérez, recientemente, en Murcia con motivo de la celebración del Congreso de la SEEDO (Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad).

Se trata, sin duda, de una advertencia para los obesos y personas con sobrepeso, pero sobre todo, lo es, para todas aquellas personas que por el mero hecho de estar delgadas o tener un peso normal se creen exentas de peligro y en buena forma pese a no hacer nada de ejercicio físico.

Es bien fácil. Basta con andar a buen ritmo todos los días durante 10 minutos para bajar el riesgo cardiovascular y lograr además otros efectos saludables de la práctica del ejercicio físico.

Sin embargo, cuanto más ejercicio mayor beneficio para nuestras arterias y corazón.

Que quede claro que me refiero al ejercicio aeróbico o cardiovascular. Es decir el que se realiza sin deuda de oxígeno. Las actividades más indicadas son andar, hacer footing a ritmo moderado, bicicleta estática, sesiones de aerobic en el gimnasio (ya sea steps, spinning, remo...), etc.

domingo, 23 de octubre de 2005

Abdominales y tripa

Hacer abdominales no permite reducir /eliminar la tripa

Los ejercicios abdominales fortalecen los músculos del abdomen, pero por sí solos no eliminan la grasa.

Si una persona ejercita sus músculos abdominales los fortalecerá y tonificará, pero si tiene grasa acumulada y no se hace nada más para combatirla, permanecerán ocultos debajo de la grasa que los cubre y no podrán manifestarse o definirse. La barriga no desaparecerá.

Para eliminar o quemar grasa hay que gastar más calorías de las que el organismo necesita y eso sólo se consigue incrementando el gasto energético con una actividad de tipo cardiovascular (footing, bicicleta, spinning, remo...) ; o siguiendo una dieta hipocalórica; o haciendo ambas cosas a la vez, que es lo más recomendable y eficaz.

CONCLUSIÓN: Para tener unos abdominales definidos y poder presumir de una buena “tableta de chocolate” o un buen “pack de seis” (six pack abs) lo más eficaz es poner en práctica tres cosas.

1.- Ejercitar adecuadamente los abdominales de forma constante

2.- Realizar a diario ejercicio cardiovascular de una duración no inferior a los 30 minutos

3.- Controlar la ingesta calórica de la dieta

lunes, 17 de octubre de 2005

Al método Pilates le falta trabajo cardiovascular

Desde hace varios años existe la creencia generalizada de que el método Pilates es la panacea, la solución definitiva para lograr un 'cuerpo diez' y ponerse en plena forma. 

Todo ello se ha conseguido gracias a una extraordinaria campaña de publicidad y marketing en la que han participado las principales "celebrities" (modelos, actrices, actores, cantantes...)


Se nos ha "vendido" que todos están así de guapos y en forma gracias a que el Pilates les adelgaza, tonifica, les pone cachas y encima les cura todos los males (hasta los de la mente).

Pero lamentablemente, las cosas no son exactamente así.

No nos llevemos a engaño. Ni Madonna ni Brad Pitt han logrado un cuerpo escultural gracias al famoso método Pilates.


Si Madonna tiene un cuerpo tonificado, musculado y libre de adiposidades es gracias a su sesiones intensas y diarias de footing, trabajo cardiovascular, musculación con pesas y la utilización de todo tipo de aparatos y utensilios.


Todo ello complementado con una rigurosa dieta baja en calorías, sin apenas grasas ni azúcares refinados. Es muy posible que la cantante incorpore ejercicios de Pilates en sus entrenamientos, pero la cantante ya era pura fibra mucho antes de que este método saltara a la palestra.


Muy recomendable

Con ello no quiero decir que el método Pilates no sea beneficioso. Todo lo contrario. El Pilates es sumamente recomendable. Lo considero sobre todo muy apto para personas no acostumbradas al esfuerzo físico y poco habituadas a hacer ejercicio. Y lo mejor que tiene es que es accesible a personas de edad avanzada.

La ejecución de sus ejercicios (controlando lo que se llama el centro; abdomen, glúteos y espalda baja) permite educar la postura corporal, aliviar dolores de espalda, fortalecer y tonificar la musculatura, mejorar la elasticidad, flexibilidad, movilidad articular y prevenir lesiones.


Sin embargo, desde mi punto de vista el método Pilates resulta util para ser utilizado como complemento a un plan de entrenamiento global que incluya otros muchos métodos de trabajo, tipos de ejercicios y formas de ejecución. Para lograr un buen estado de forma física, lo ideal es combinar diferentes métodos y con ejercicios de todo tipo. Y no limitarse a uno solo.

No sirve para quemar grasas ni para el corazón

El Pilates por si sólo se queda cojo y conviene complementarlo por lo menos con un trabajo físico de tipo cardiovascular.


Practicando Pilates apenas se incrementa la frecuencia de ritmo cardiaca y, por tanto, el gasto calórico es bajo.

En consecuencia, no es eficaz para quemar grasa ni adelgazar. Apenas repercute en el sistema cardiovascular y no mejora la resistencia cardiovascular ni es beneficioso para personas que necesitan perder peso, bajar su colesterol, controlar su hipertensión o mejorar su capacidad pulmonar.

Para incrementar el gasto calórico mediante el ejercicio, es necesario acelerar la frecuencia del ritmo cardiaco hasta por lo menos las 120 o 130 pulsaciones por minuto



Ello se consigue realizando un trabajo de tipo aeróbico o cardiovascular: andar a ritmo ligero, bicicleta estática, spinning, steps, footing a ritmo suave, correr, nadar, sesiones de aeróbic en el gimnasio, etc. Siempre debe realizarse sin deuda de oxigeno, sin que falte el resuello, ya que sólo así se produce una combustión de las grasas. Para que la combustión sea efectiva y se obtengan beneficios cardiovasculares la duración del ejercicio no debería ser inferior a los 30 minutos.

Pilates Cardio

Consientes del pie que cojea, algunos centros de Pilates están introduciendo en sus clases ejercicios de mayor intensidad que ayudan a incrementar el gasto calórico.

domingo, 16 de octubre de 2005

Un mito: el pan engorda

El pan engorda según la cantidad que se coma. Parece una perogrullada pero es así de rotundo: Todos los alimentos engordan más o menos dependiendo de su ingesta.

Sin embargo, es cierto que el pan tiene muy mala fama, pero en realidad no tiene un aporte calórico muy elevado.

Si se toma un bocadillo o un sandwich, en muchas ocasiones es más elevado el contenido calórico de sus ingredientes (mantequilla, margarina, mayonesa, embutidos, patés, queso...) que el pan en sí. O sea que damos la culpa al pan de que un bocadillo o una determinada comida nos engorde, cuando en realidad son las grasas que les hemos añadido las principales responsables de que nuestra comida tenga demasiadas calorías.

Cien gramos de pan blanco tiene un aporte calórico aproximado de 250 calorías, algo menos que 100 gramos de garbanzos (310 calorías) y casi la mitad que 100 gramos de queso gruyere (450 calorías) y una tercera parte que 100 gramos de avellanas o almendras (620 calorías)
o 100 gramos de mantequilla (770 calorías).

Pero, en el otro extremo, 100 gramos de espinacas aportan tan solo 20 calorías.

Sí es cierto que el pan, al ser un alimento que se toma para acompañar las comidas, hace incrementar el aporte calórico de las mismas y por eso conviene controlarlo en dietas de adelgazamiento.

Pero el pan tomado con moderación es un alimento magnífico, muy saludable y básico en nuestra alimentación.

Come pan sin problemas.- Si no tienes tendencia a engordar, come pan sin ningún problema. El pan de obrador –elaborado de forma tradicional- no contiene grasas ni colesterol.

Conviene tener en cuenta que, en igual cantidad, el pan tostado tiene más calorías que el pan tierno ya que al tostarlo pierde agua y aumenta su contenido energético. Por su parte, el pan integral es algo menos energético y tiene la gran ventaja que aporta fibra, minerales y vitaminas del grupo B.
Por otro lado, con el fin de mantenerse en condiciones para su consumo, las tostadas industriales y el pan de molde suelen contener algo de grasa, lo que hace incrementar su aporte calórico.