En
entradas anteriores publiqué de forma genérica cómo debería ser una Dieta del Día Después. Es decir, la que
debemos seguir después de una gran comilona con el fin de contrarrestar el
exceso de calorías ingeridas en el festín.
Los menús
de la Dieta del Día Después se deben carecterizar siempre por ser frugales, bajos en grasas, de fácil digestión, elaborados
de forma sencilla y lo más importante: tienen que ser bajos en calorías.
Sin
embargo, eso no significa que no puedan ser variados y apetitosos.
En este
post enseño en qué consistió mi Dieta del Día Después de la cena de Nochevieja, en la que no me privé de nada y
en la que, por supuesto, superé con creces mi ingesta habitual de calorías. Como me cuido y quiero mantener mi peso, al día siguiente debía contrarrestarlo.
El primer
día del año me levanté a las 12 del mediodía y desde ese instante publiqué en Twitter todo lo que comí a lo largo del día. Como sobraron restos de la cena,
los aproveché para elaborar mis menús.
Mi Dieta del Día Después
1 de
enero de 2012
12 h. Al
levantarme: 1 vaso de agua a temperatura ambiente
12.15 h. Desayuno:
Té verde con papaya
Es una
receta que copié del blog de El Comidista. Es
realmente rica y sabrosa, aunque para hacerla más saludable yo la preparé introduciendo
unas pequeñas variaciones. Con el fin de rebajar su contenido en grasas
saturadas y hacerla apta para personas que padecen colesterol que cenaron en
casa, utilicé aceite de oliva en lugar de mantequilla y Soya Cuisine en lugar
nata líquida.
18.30 h. Merienda:
Un zumo de naranja (2 unidades) recién hecho con picos de pan (20 gr.) y un
higo seco.
21.30 h. Cena:
Ensalada con salmón y atún crudos (tipo sashimi), uvas (12 unidades) y piñones
(10 gr.). Un yogur desnatado. Pan integral: 20 gr.
La única
bebida que tomé fue agua y antes de acostarme me tomé una infusión de rooibos
que endulcé con sacarina.